La Pasión Viviente en Oliva de la Frontera (Badajoz)
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Oliva de la Frontera, la Pasión de un pueblo 

PATRICIA MIRANDA TORAL


Desde 1976, Oliva de la Frontera celebra cada año durante la Semana Santa su Pasión Viviente, una representación de los últimos días de la vida de Jesucristo cargada de emoción y tradición, una catequesis viviente y un acto cultural sin precedentes. Más de 400 personas participan activamente en esta Fiesta Declarada de Interés Turístico Regional y que ahora pide merecidamente ser reconocida como Fiesta de Interés Nacional.

La Asociación Cultural Agrupación Local de la Pasión Viviente de Oliva de la Frontera son los responsables de dirigir y organizar todas y cada una de las escenas de esta representación que comienza el Domingo de Ramos, a las 19.00 horas, con la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, los milagros de Jesús y la expulsión en el templo. A esa hora todo el centro de la localidad ha sufrido la transformación de cada año, por unos días Oliva se convierte en la ciudad de Jerusalén y el ambiente creado es capaz de transportar a los oliveros y a los miles de visitantes hasta la era de Jesús. El Paseo de las Palmeras se convierte en un mercado donde mercaderes, soldados romanos y demás habitantes del pueblo judío pasean y realizan sus comparas en un día cotidiano. Por allí, aclamado por el pueblo que lo recibe como el Mesías, hará su entrada Jesús montado en su borriquita y acompañado de sus apóstoles. Pero antes, en la Plaza de España, el Maestro mostrará su desafío a las leyes que imperaban realizando sus primeros milagros. Ante la mirada incrédula de quienes le rodean, Jesús sanará a un ciego, curará a un epiléptico y salvará a la Magdalena de morir lapidada. La representación de este domingo concluye en la escalinata de la iglesia de San Marcos, donde Jesús muestra su decepción y enfado al descubrir que el templo se ha convertido en un mercado donde se venden enseres de todo tipo.


JUEVES SANTO

La noche del Jueves Santo continúan las representaciones, a las 22.00 horas, en la Plaza de la Constitución, donde Jesús y sus doce apóstoles se reúnen para celebrar la Santa Cena.  Desde aproximadamente una hora antes el centro de la localidad comienza a tomar vida y cientos de actores interpretan escenas cotidianas de la noche en Jerusalén. La luz eléctrica desaparece y las antorchas y los candiles iluminan la jornada nocturna. Para ello, cientos de colaboradores se han encargado previamente de camuflar farolas, cabinas de teléfonos, contenedores y demás mobiliario urbano que pueda desentonar. Constituida la Eucaristía, todos menos Judas, que ya los ha abandonado para traicionarles, se dirigen al Huerto de Getsemaní, representado en la Plaza de España, que ahora es un auténtico ‘huerto de los olivos’. Allí será entregado por Judas a la guardia del templo y conducido hasta el Palacio de Caifás, escena que tiene lugar en la Plaza del Ayuntamiento. Una gran muchedumbre de judíos, portando antorchas, lo seguirán hasta el palacio donde lo espera el Sanedrí, que ha sido convocado con carácter urgente. Esa noche, Jesús será condenado, abofeteado y llevado a prisión por los soldados.


VIERNES SANTO

Sin tregua ni descanso, a la mañana siguiente, de nuevo los desinteresados colaboradores de la Pasión Viviente ya han dispuesto nuevos escenarios para las representaciones de este día. Como siempre, los escenarios naturales con los que cuenta la localidad hacen posible que la Pasión adquiera un realismo emotivo y evocador para los visitantes. A las 12.00 horas del mediodía da comienzo en las escalinatas de la parroquia de San Marcos el proceso civil en el Pretorio de Pilato, donde el pueblo judío pedirá a gritos la muerte de Jesús a cambio de la salvación de Barrabás. Ante la imposibilidad de encontrar culpa alguna para su condena, Pilato decide enviarlo hasta el palacio de Herodes, escena que es representada a continuación en la Plaza de España. El rey de Galilea lo interrogará y se mofará del Maestro enviándolo de nuevo ante Pilato, no sin antes ordenar que sea vestido como un ‘rey de burlas’. De nuevo ante Pilato, el pueblo exigirá a gritos su muerte en la cruz. Allí será azotado por los soldados romanos y condenado a muerte, y de allí mismo partirá, con una corona de espinas y cargando una pesada cruz, hasta el Monte del Calvario. En el camino sufrirá las tres caídas y durante el mismo tendrá lugar el emotivo encuentro con su madre María, que lo acompañará hasta el lugar donde será crucificado, escena que se representa en uno de los lugares más hermosos de la localidad, en la explanada del Santuario de Nuestra Señora Virgen de Gracia. Junto a él, dos ladrones cumplirán la misma condena. Un inmenso y conmovedor silencio se apodera del lugar y de las miles de personas que presencian el último suspiro de Jesús. Todo ha terminado.



Tras 38 ediciones, sin interrupción, esta fiesta cumple todos los requisitos que exige el Ministerio de Turismo para conseguir su declaración como Fiesta de Interés Turístico Nacional. La implicación desinteresada de todo un pueblo, en lo que para unos supone un acto de fe y para otros un acto cultural, demuestra que Oliva de la Frontera celebra una de las mejores pasiones vivientes de todo el país.