Arequipa es, para muchos, el destino más bello de Perú, ya que reúne todo aquello que cualquiera busca en un viaje: una cultura fascinante, un paisaje asombroso y una gastronomía que hará las delicias de todos los viajeros.

Visitar la región de Arequipa es un imprescindible en cualquier viaje a Perú. Su pasado como asentamiento colonial se refleja en su arquitectura y sus edificios de carácter religioso. La Plaza de Armas, la Catedral o el Convento de la Recoleta son tan solo algunos de estos ejemplos. Para continuar con la visita cultural, el Monasterio de Santa Catalina, recinto de arquitectura colonial y naturaleza mestiza, resulta obligatorio.

Movimiento telúricos afectaron a la ciudad de Arequipa, destruyendo construcciones antiguas y también las propiedades de los familiares de las monjas catalinas. Esta fue la causa y origen de la ciudadela existente en el Monasterio de Santa Catalina de Arequipa que lo convierte en un auténtico muestrario de la arquitectura colonial de la ciudad.

Además, Arequipa ofrece aventura y un hermoso paisaje a partes iguales. Las vistas del entorno son grandiosas, ya que la ciudad se encuentra vigilada por tres volcanes: el Misti, el Chachani y el Pichu Pichu, todos ellos situados en la Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca. Otro opción atractuva para los amantes de la naturaleza es el Santuario Nacional Lagunas de Mejía, situado al sur de la ciudad. Se trata de un espacio de pantanos, fangales salinos, totorales y demás paisajes en los que los viajeros encontrarán hasta 195 especies de aves.

Muy cerca de los volcanes Ampato y Sabancaya, se encuentra el cañón del Colca, considerado uno de los más profundos del mundo (alcanza los 4.150 metros de profundidad). Una actividad fantástica es disfrutar desde el Mirador de la Cruz del Cóndor y deleitarse con el vuelo de esta ave gigantesca que habita en el cañón.

Además, diferentes animales habitan esta zona como auquénidos, zorros, pumas, gavilanes o lechuzas que gustarán tanto a pequeños como a mayores. Para los más aventureros, existen deportes más extremos como canotaje, trekking o andinismo. Los viajeros más curtidos tienen su lugar en el río Colca. Sus rápidos presentan una alta dificultad, lo que lo convierte en la actividad perfecta para los más experimentados. En el valle del mismo río hay otro tipo de atractivos, alejados de la adrenalina de los deportes de riesgo. Visitar las iglesias de los pueblos de los alrededores o tomarse unas horas de relax en las aguas termales son algunos de los planes alternativos en el Valle del Colca.

Y como no podía faltar en cualquier viaje a Perú, la gastronomía de la zona sorprenderá tanto a viajeros expertos como a los que se están iniciando con la comida peruana.

Muy singular de Arequipa son las picanterías, lugares donde se sirve la gastronomía arequipeña tradicional como son el Chupe de Camarones, Rocoto Relleno, Adobo o Solterito de Queso. Las picanterías destacan por tres puntos clave: la variedad de productos que confluyen en su cocina, el mestizaje entre lo indígena y lo hispano que marca su historia y un sentimiento igualitario en su población, tanto urbana como rural, con el final de socializar diferentes clases en un mismo espacio.



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