| Tras las huellas del emperador Francisco José en Viena |
| Viajes - Visitas a Lugares |
|
Los palacios de Schönbrunn y el Hofburg, la Cripta de los Capuchinos... Una visita imperial por Viena le lleva a los más bellos lugares de la ciudad. Para tener un primer encuentro con el emperador Francisco José se presta una visita a su jardín particular. En el Burggarten del casco antiguo se halla una estatua que representa al monarca vestido con su indumentaria característica: el uniforme. El monumento se encontraba antiguamente en un cuartel militar y no fue trasladado a este parque de la Ringstrasse hasta 1957. Muy cerca está el lugar de trabajo del monarca, que durante 68 años gobernó el imperio de los Habsburgo. En el Palacio imperial del Hofburg residía Francisco José en invierno. Los apartamentos imperiales pueden visitarse: su despacho, el salón y dormitorio de su esposa Isabel, numerosos salones y un baño de la época. En el Tesoro Imperial, que igualmente se encuentra en el Hofburg, puede admirarse (además de muchos otros valiosos objetos) la corona del emperador Rodolfo II, que más tarde se convertiría en la corona imperial austríaca. En verano, tras su jornada de trabajo, Francisco José se dirigía al Palacio de Schönbrunn. Allí había nacido en 1830, allí pasó los últimos años de su vida y allí falleció en 1916. Gran amante de la naturaleza, admiraba mucho el amplio parque y sus jardines, por los que solía pasear. Ya de niño, Francisco José pasaba muchas horas en el parque en compañía de sus hermanos; parece ser que aprendió a nadar en un depósito de agua tras la Fuente del obelisco. También el Parque zoológico era frecuentado a menudo por Francisco José. El Palacio de Schönbrunn cuenta con 1441 habitaciones, de las cuales 45 pueden ser visitadas. Los despachos y salas de estar del emperador son de carácter sencillo y austero, por lo que destacan aún más las suntuosas salas de representación e invitados. El Museo de Carruajes Imperiales de Schönbrunn presenta una gran cantidad de vehículos imperiales, ya sea la enorme carroza imperial o un pequeño trineo infantil.  Cerca del Palacio de Schönbrunn se encuentra el llamado Pabellón imperial en Hietzing. Este suntuoso edificio, decorado con elementos modernistas, es en realidad una estación del ferrocarril metropolitano diseñado por Otto Wagner. Esta estación imperial estaba reservada exclusivamente para el monarca y su séquito e incluye incluso un despacho de trabajo para el emperador. Sin embargo, Francisco José usó “su“ salón de espera sólo en dos ocasiones. Hoy en día puede ser visitado por cualquier persona. A los que les interesa saber cómo vivía el emperador se les recomienda visitar el Hofmobiliendepot. Este singular museo recoge el mobiliario de los Habsburgo; entre los miles de objetos procedentes de cinco siglos se hallan, por ejemplo, un trono imperial de viaje y un reclinatorio de terciopelo. Otros lugares que recuerdan al emperador son el Museo de Historia Militar, que expone en la Sala de Francisco José retratos y uniformes de su época, y la Iglesia Votiva, construida en acción de gracias por haberse salvado el joven Francisco José de un atentado. También la Ringstraße puede ser considerada un símbolo de su gobierno. El emperador mandó derribar las fortificaciones que rodeaban la ciudad en 1857 y construir un suntuoso bulevar (con edificios representativos incluidos) en el lugar donde se encontraban los antiguos bastiones y la muralla.
|
Los restos del “anciano de Schönbrunn“ reposan como es debido en la Cripta imperial, reservada a los miembros de la antigua casa imperial de Habsburgo. Desde el año 1633 y bajo la Iglesia de los Capuchinos (situada en el casco antiguo) han sido enterrados 149 miembros de la casa de Habsburgo, entre los cuales se cuentan 12 emperadores y 19 emperatrices y reinas. El emperador Francisco José es el último emperador que ha sido enterrado en la cripta; también los sarcófagos de su esposa, la emperatriz Isabel, y de su hijo, el príncipe heredero Rodolfo, se encuentran en la misma.