Irán: La perla de Oriente Medio (Parte I)
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Irán fue un importante tramo en la famosa Ruta de la Seda



Es curioso…cuando pensamos en la antigua Persia nos vienen a la mente monumentos cuya majestuosidad y belleza nos dejarían sin aliento, rutas de caravanas cuyas mercancías, a lomos de los dromedarios, atravesaban los desiertos y permitían a sus propietarios comerciar a uno y otro lado del continente. Y no sólo intercambiando bienes materiales, sino compartiendo ideas, escuchando y aprendiendo lenguas desconocidas, expresiones culturales, etc.., ¿quién no ha soñado, al menos por un momento, vivir aquellas aventuras de primera mano, en primera persona y recorrer las montañas abruptas y nevadas, los desiertos extensos y cálidos, en dormir bajo las estrellas o en un caravanserai (posada para las caravanas) y continuar un camino a veces incierto, a veces arriesgado (o no exento de algún sobresalto)… pero siempre excitante y enriquecedor?


Pero cuando oímos hablar de Irán, quizás y de manera inmediata, se nos vengan a la cabeza ideas extremas acerca de la seguridad personal, acerca de guerras, confrontaciones y conflictos, etc. Y todo ello acompañado de otras noticias, que, teniendo su origen en los países occidentales, muestran este país como un lugar desaconsejable para visitar. No es muy alentador, ¿verdad?. Quizás, al final, sea el viajero quien deba pensar (sin dejarse influenciar por otras fuentes, quizás no bienintencionadas) que una cosa son los pueblos, las personas que allí viven y trabajan y otra, las decisiones y políticas de sus gobiernos, sean las que sean y a partir de ahí, valorar si le interesa emprender el viaje por este país poseedor de una historia y cultura milenarias y descubrir todo lo bueno que ofrece al visitante.


Porque si nos planteamos una visita al país… vamos a ver… realmente ¿qué sabemos de Irán?. Este país cuyo nombre inicial, Persia, fue rebautizado en 1935 por el de Irán, tiene unos 84 millones de habitantes y con una superficie de 1,6 millones de kilómetros cuadrados (casi tres veces y media más grande que España), se halla en el corazón de Oriente Medio, teniendo como vecinos al oeste a Turquía, Iraq y Arabia Saudí (entre otros), al este Afganistán y Pakistán, al norte, el mar Caspio y Turkmenistán y al sur el Golfo de Omán y el Golfo Pérsico.


Estos pocos datos geográficos sirven para darnos cuenta de la importancia geoestratégica de Irán. Y esta importancia no es de ahora, sino que viene de la antigüedad. Irán fue un importante tramo en la famosa Ruta de la Seda, en la que ciudades como Tabriz (al noroeste), Tehran (al norte) y Bam (al sureste) cumplieron una importantísima labor no sólo en el comercio de las diferentes mercancías sino en el intercambio de ideas, tendencias y culturas.


Y además de formar parte de la conocida Ruta de la Seda, Irán, que por aquel entonces se llamaba Persia, ha sido la casa de multitud de pueblos como los medas, aqueménidas, seléucidas, partos, turcos, mongoles, turcomanos, etc.


Ciudades antiguas que hacen volar nuestra imaginación como Persépolis, que comenzó a construirse en el año 521 a.C. por orden de Darío I el Grande para enfatizar la unidad, diversidad y grandeza del imperio persa. Por aquí, por esta ciudad también pasó Alejandro Magno y la conquistó en el año 330 a.C. Lo malo de su paso por esta hermosa ciudad es que le dio por saquearla e incendiarla, con lo cual, pocos restos, aunque muy interesantes, nos quedan y dan un leve testimonio de lo que fue, en aquellos tiempos, una magnífica y poderosa ciudad.


Volveremos más tarde a recorrer esta ciudad, delicia de los amantes de la arqueología y la historia, porque ahora quiero contarte que si, además, te gustan los destinos de turismo sostenible y naturaleza, Irán tiene 185 áreas protegidas que comprenden una superficie de 140.266 kilómetros cuadrados (un 8,6% del total de la superficie del país). Entre estas áreas protegidas se encuentran 16 parques nacionales y 24 sitios Ramsar, lo cual nos da una idea de las posibilidades de tiene esta bella tierra y de la, cada vez mayor importancia que, desde su Administración, se da a la protección del medio ambiente.


Todavía no hemos acabado de dar unos datos generales que te permitan valorar las maravillas que tiene este país. ¿Sabías que Irán tiene 26 lugares patrimonio de la UNESCO?. Entre ellos se encuentran suntuosos palacios, magníficas mezquitas, sitios arqueológicos, ciudades encantadoras y, el más reciente, el ferrocarril trans-iraní (lograda la inclusión en dicha lista en 2021).


Y, además, Irán tiene otros 61 lugares de interés que ha ido proponiendo a lo largo de los años y que, si bien, hasta la fecha no han formado parte de esa lista UNESCO, son lo suficientemente valorados para hacerles una visita y admirar su belleza y su historia


Pero volvamos a retomar la senda del arte y la cultura; esta tierra ostenta el honor y la fama de haber sido la cuna de personajes como Omar Khayyam, matemático, astrónomo, filósofo y poeta del siglo XI; Hafez de Shiraz (Mohammed Shams-od-Din), el poeta místico sufí de Persia, nacido en el siglo XIV y Rumi (Yalāl ad-Dīn Muhammad Rūmī), erudito islámico, teólogo, místico y poeta sufí poeta del siglo XIII.


Y, por supuesto, no podemos dejar de mencionar lo mejor del país… sus gentes…, personas amables que, en ocasiones, se acercarán a ti (con respeto y sin agobiarte) para interesarse por tu país de origen, entablar una conversación contigo y que les cuentes cosas del extranjero, conocer la opinión que se tiene de Irán y de sus habitantes y se esmerarán en ayudarte si lo necesitas, te invitarán a sus casas a compartir un té y una charla y serán unos perfectos anfitriones. El pueblo iraní, con su amabilidad, calidez y su extraordinario sentido de la hospitalidad hacia el visitante, es el alma de esta milenaria y fantástica tierra.


Como el lector podrá comprobar, estamos empezando a hablar de un país que tiene todos los elementos, históricos, culturales, artísticos y naturales que pueden hacer atractivo un destino turístico; lo cual unido a la amabilidad y calidez de sus habitantes, acaba por decidirlo. El resto, estimado lector, ya depende de ti….


Pero esto no se acaba aquí y para que puedas valorar mejor lo que este país te puede ofrecer te propongo, ahora sí, una aventura. Te propongo acompañarme en un viaje en el que cruzaremos el país de norte a sur e iremos viendo algunas de las más espectaculares bellezas naturales, lugares y monumentos milenarios y en contacto siempre, con la calidez y hospitalidad de las gentes que, en nuestro camino, nos encontraremos.


Y para ello entraremos, o mejor dicho aterrizaremos, en el aeropuerto internacional Imam Khomeini desde donde tendrás que recorrer 50 kilómetros para llegar al centro de Tehran y que podrás hacer en metro o en taxi. Y una vez en Tehran… ¡empieza el espectáculo!


Se dice que Tehran es el espíritu, Isfahán el corazón y Qom el alma de Irán. Vamos, pues, a comenzar por recorrer esta primera ciudad y sentir su espíritu al tiempo que tomamos contacto con la cultura, el arte, la historia y, sobre todo, con la tradición y la hospitalidad iraní.


Para quien llega por primera vez a Tehran, esta ciudad, con casi 9 millones de habitantes y cuya área metropolitana le otorga otros 6 millones de habitantes, le muestra una maravillosa efervescencia provocada por el recorrido constante de vehículos y peatones, a veces, de manera un poco anárquico, tanto por sus pequeñas calles como por sus grandes avenidas; éstas últimas tienen los nombres de personalidades mundiales como Mahatma Gandhi, Nelson Mandela, Simón Bolívar o George Jordac. ¡Ah!…y no te preocupes por los carteles indicadores de direcciones o lugares, ya que están escritos en farsi y también en inglés.


Lo primero que debes tener en cuenta es que las 7 líneas de metro de la capital te llevan prácticamente a todos los monumentos y lugares interesantes que hay en esta capital. También puedes coger un taxi, que no es caro en absoluto y así vas viendo la ciudad desde su superficie. Y pasear, por supuesto, si deseas ir andando no habrá nadie que te moleste en ningún momento, puesto que las calles son tranquilas desde el punto de vista de la seguridad.


No sé si recomendarte que, en primer lugar, acudas a visitar el Palacio de Golestán (el “de las flores”) y sus jardines, estanques y canales que son, por cierto, patrimonio UNESCO (2013) con su historia y sus maravillas o el Gran Bazar, con su ajetreo en los más de 10 kilómetros de callejuelas en los que se encuentran más de 2.000 tiendas. Depende de tus preferencias para introducirte en ese espíritu del que antes hablábamos. De todas formas, no te preocupes, pues habrá tiempo para todo...


En nuestro caso empezaremos por el Palacio de Golestán, situado en el centro de Tehran y al que habremos llegado utilizando el metro hasta la parada “Panzdah-e Khordad Sq.” Y lo tenemos enfrente de la misma. Fácil, ¿no?


Este Palacio es, en realidad, un complejo formado por 17 instalaciones entre palacios, museos y salas diversas y que fue construido en el 1.779 por la dinastía Kayar para servir de residencia. Es absolutamente maravilloso y merece muchísimo la pena visitarlo. No vamos a entrar aquí en mucho detalle porque hay que dejar algo para las guías de viaje, que para eso están, pero sí que me gustaría decirte que zonas como las del Trono de Mármol, el salón de los espejos o el de recepciones, entre otras salas, son espectaculares, son unos sublimes ejemplos de la escultura y otras artes iraníes. Si lo recorres con calma, tienes para disfrutar durante unas cuantas horas…o incluso días.


Si una vez que sales de este complejo de Golestán tienes ganas de sumergirte en el Gran Bazar de Tehran (también conocido por Bazaar-e Borzog-e Tehran), considerado el más grande del mundo, lo tienes muy fácil, ya que está prácticamente al lado del complejo que acabamos de visitar. Acoge en su interior, este Gran Bazar, no sólo tiendas, sino mezquitas, albergues y sucursales bancarias. Por cierto, no intentes ir al Bazar el jueves por la tarde o el viernes, ya que, al corresponderse con el fin de semana musulmán, te lo encontrarías desierto.


Sus calles están dedicadas a las diferentes mercancías que ponen a la venta, bien sean las especias, nueces, artesanía en cobre, joyas, las famosas alfombras persas o muchos otros productos. Irás dirigiendo tus miradas de un lado a otro de las calles, como si de un partido de tenis se tratase, aunque también tendrás que mirar hacia arriba, ya que los techos son dignos de admirar en este Bazar construido hace aproximadamente, 200 años (aunque hay indicios de que la zona podría tener más de 1.000 años). En este Gran Bazar podremos visitar la Mezquita del Imam Khomeini y la Mezquita del Shah.


Y si deseas simplemente pasear por la ciudad, los barrios árabe y judío merecen la pena ser visitados, así como el Puente Tabiat, y éste incluso merece la pena visitarlo por la noche, ya que las luces de diferentes colores iluminando su estructura le proporcionan un encanto especial. Y puedes también hacer una visita al complejo Sa’dabad en donde podrás admirar el Green Palace y el Mellat Palace.


Continuando la visita por la ciudad hay un sitio que te aconsejo visitar si deseas tener una visión diferente de la misma. Se trata de la Torre Milad, cuyo emplazamiento se encuentra en las colinas del monte Nard y que, diseñada por el Dr. arquitecto Mohammed Reza Hafezi y después de unas obras que duraron 11 años, se inauguró en 2009. Con sus 435 metros de altura, es la sexta torre de comunicaciones (de radio y televisión) más alta del mundo.


Esta Torre está dentro del complejo Milad en el que se incluyen el Centro Internacional de Convenciones y Comercio Exterior, un hotel de cinco estrellas, un centro de congresos y otro de negocios, además de un centro tecnológico.


Lo interesante de la Torre Milad son las excelentes vistas panorámicas que, desde el restaurante giratorio que hay en la parte superior de la torre, tienes de la ciudad de Teherán, las montañas de Tochal, etc. Puedes aprovechar para reponer fuerzas y al mismo tiempo, ver las bellas vistas desde las alturas.


La gastronomía iraní es variada y rica; es una delicia, de verdad. Tanto si comes en ese restaurante o lo haces en algún puesto de los muchos que podrás ver en las calles, el tomar unas brochetas, o los falafels, o unos dulces como Zoolbia Bamieh (especie de donuts con agua de rosas y miel); Akbar Bastani Mashti (helado de azafrán); las Koloochech (galletas rellenas de dátiles) o el Mast o Khiar (yogurt con pepino) harán de la comida una experiencia nueva y deliciosa.


Llegados a este punto…¿te acuerdas que te había comentado que en Irán también puedes hacer otro turismo, además del cultural?. Pues bien, para los amantes de los deportes de invierno y hablando de esas montañas de Tochal que acabo de mencionar… ¿sabías que estas montañas que superan los 3.800 metros de altitud albergan 4 estaciones de esquí de las 16 que hay en Irán?. ¡Ah!...y tiene uno de los teleféricos más largos del mundo. De esas cuatro estaciones, una de las más conocidas es la de Darbansad, con sus pistas a unos 2.700 metros de altitud y haciendo cumbre a unos 3.020 metros de altitud, harán las delicias de los amantes de los deportes de nieve.


Todo esto hace que el complejo de esquí de Tochal, en 2018, haya acogido unos tres millones de visitantes procedentes de Europa, Asia, Australia y la zona del Golfo Pérsico que disfrutaron de sus pistas para practicar el esquí, el snowboard e incluso, el esquí sobre hierba.


Y antes de dejar la ciudad, no te pierdas la visita a otra torre, me refiero a la Torre Azadí o Torre de la Libertad. Se inauguró en 1971 y se construyó para conmemorar los 2.500 años de Persia. Esta torre, que tiene una altura de 50 metros, fue diseñada por el arquitecto Hossein Amanat y constituye el símbolo de la ciudad de Tehran. Podremos subir al mirador que tiene en lo alto y visitar el museo que contiene piezas representativas de la historia de Irán desde la antigüedad. Un monumento que merece la pena visitar.


Bueno, pues después de haber recorrido brevemente la ciudad de Tehran (lo de brevemente, es sobre el papel) vayamos a nuestro siguiente destino que, como decíamos antes, es considerado el alma de Irán. Y se trata de la ciudad de Qom.


Autor: Fernando Novo Lens