El nordeste de Segovia, espectacular templo para el turismo rural y de naturaleza.
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Historia, arquitectura popular, naturaleza y, por supuesto, gastronomía son algunos de los principales atractivos que destacan en la oferta turística de la zona nordeste de la provincia de Segovia. Un área salpicada de encantadores pueblos, como Riaza, Maderuelo y Ayllón, cuya visita supone todo un viaje al pasado, en su estética, sabores y aromas, enmarcados en enclaves naturales que permiten disfrutar plenamente del aire puro.

Riaza da entrada a uno de los panoramas más coloridos de Castilla y León. La Ruta del Color parte del entorno de esta bella villa, extendiendo ante el viajero un mosaico de núcleos de población que encandila a los visitantes. El itinerario ofrece entrar de lleno en contacto con los Pueblos Amarillos, pedanías caracterizadas por esta gama cromática debido a las cuarcitas que se utilizan en la construcción de sus muros; los Pueblos Rojos, denominados así por el sustrato rojo que tiñe algunas tierras de la Sierra de Ayllón que fueron utilizadas en las construcciones, y los Pueblos Negros, de singular y rica arquitectura caracterizada por los tonos oscuros de la pizarra.

Sin embargo, antes de adentrarse en la mixtura cromática de la Ruta del Color, la visita a Riaza aporta una experiencia cultural de gran nivel en la escapada hacia el nordeste segoviano. Entre los principales atractivos de sus calles, los viajeros encontrarán la encantadora Plaza, dividida en dos partes por el Ayuntamiento, y con forma de elipse. El coso se halla rodeado por gradas de piedra coronadas por una balaustrada de hierro. Alrededor, casas solariegas, entre las que destaca una del siglo XVI que conserva su escudo y su capilla barroca, y casas típicas riazanas, todas ellas caracterizadas por curiosos tejados.

La Iglesia de Nuestra Señora del Manto, de estilo renacentista, ofrece al visitante una interesante colección de arte sacro que recoge parte del patrimonio parroquial de pueblos como Alquité, Madriguera, Riaza, Requera de Fresno o Villacorta, destacando piezas de escultura románica y gótica, arte del renacimiento y del barroco y platería española y objetos litúrgicos.

Los alrededores del casco urbano proponen momentos de sosiego y tranquilidad, como es el caso de la Ermita de Hontanares, que se levanta a 1.400 metros de altitud entre un bosque de robles melojos y pinos, o el Mirador de Peñas Llanas, que ofrece estupendas panorámicas de las fronteras con los territorios de Burgos, Guadalajara, Madrid y Soria.

Los amantes de las emociones fuertes también tienen cabida aquí. Gracias a la estación de esquí y montaña de La Pinilla, ubicada en el valle de Riaza, el turismo activo cobra protagonismo en el paisaje natural próximo a la localidad. No sólo los deportes de invierno son famosos en la estación, conocida por la variedad, calidad y longitud de sus pistas, sino por la gran cantidad de actividades que desarrollan todo el año para los aficionados a la aventura al aire libre: tirolina, puente tibetano, tiro con arco, rocódromo, rutas en BTT y un Bike-Park permanente, pionero en España, de nueve circuitos de descensos de diferente dificultad.

La propuesta turística de Riaza y su entorno es sólo una parte de todo lo que ofrece el Nordeste de Segovia. La escapada por estos parajes debería completarse con otros enclaves de especial belleza, como es el caso de la medieval Ayllón. Declarada Conjunto Histórico Artístico nacional desde 1973, se trata de una de las localidades turísticas más reconocidas de la geografía segoviana, debido, especialmente, a la singularidad de su arquitectura. Los viajeros quedarán prendados de joyas como el Puente Romano sobre el río Aguisejo; el Arco, una de las tres puertas que daba entrada a la Villa; la preciosa Plaza Mayor, porticada y desde la que se observa la Torre de la Martina; las iglesias de San Miguel y Santa María La Mayor y diversos conventos y edificios civiles de gran valor. Visitas teatralizadas, artesanía y suculenta gastronomía son formas de vivir una visita de primer nivel a este reseñable destino segoviano.


No se puede abandonar la zona sin adentrarse en Maderuelo. Situada sobre un alargado espolón que rodea el curso del río Riaza. Como muchas vetustas localidades de la provincia, Maderuelo fue una villa amurallada. Mantiene buena parte de sus muros, así como el Arco de la Villa, puerta de acceso que conserva incluso los cerrojos, la poterna y unas gruesas puertas de madera acorazada. Paso a paso por sus calles, el viajero realiza un retorno a las atmósferas de siglos pasados, ayudado por plazas, edificios y templos que salpican las calzadas.

Para descansar de las rutas y de tantas actividades, el Nordeste de Segovia cuenta con alojamientos de gran calidad caracterizados por particularidades únicas. Reseñable es el caso de la Posada Molino de la Ferrería, ubicada cerca de Riaza, en el pueblo de Villacorta. Se trata de un antiguo molino harinero totalmente rehabilitado, situado en pleno campo, en un entorno espectacular. Rodeado de un gran jardín por el que pasa el río Vadillo, el Molino de la Ferrería ofrece un alojamiento con la categoría más alta de turismo rural y distintos tipos de habitaciones para todos los gustos, así como propuestas gastronómicas de temporada en un cuidado restaurante. Es un templo del descanso pensado para disfrutar de la tranquilidad y el silencio de la naturaleza, con numerosos paseos por los alrededores a pie o en bicicleta.

Más info: www.segoviaturismo.es



Sobre la provincia de Segovia


Los límites de este territorio comprenden más de 200 municipios cargados de historia, tradiciones, artesanía, belleza, arquitecturas singulares, patrimonio monumental e industrial y leyendas. Su mapa se complementa con espacios verdes que invitan a perderse por sus bosques, a respirar el aire puro y a experimentar emociones fuertes a través de diferentes propuestas de turismo activo. Actividades que van acompañadas de una cocina arraigada, festividades de todo tipo y el cariño a los vinos castellanos.
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