Estado de Nayarit, un destino mexicano que busca atraer a los visitantes españoles
Viajes - Grandes Viajes


Nayarit: un estado en la costa del Pacífico mexicano del tamaño de Bélgica


A continuación encontrarás información acerca del estado de Nayarit, un destino mexicano que busca atraer a los visitantes españoles y que tiene mucho que contar. ¡Te invitamos a descubrirlo!


Nayarit: un estado en la costa del Pacífico mexicano del tamaño de Bélgica, ofrece lugares místicos y parajes naturales llenos de historia como las Islas Marías (el Alcatraz mexicano) y la isla de Mexcaltitán, una pequeñísima y pintoresca isla de apenas 5 calles con todo el color y sabor de la región.


Cuna de culturas ancestrales, la Sierra del Nayar es un sitio místico que invita al viajero a observar respetuosamente la fusión entre el rico pasado de los pueblos originarios y el crisol de lo contemporáneo. 


El rítmico oleaje del Océano Pacífico besa suavemente las cuatro islas principales de Nayarit, como invitándonos a encontrar refugio en esta tierra mística de los pueblos Wixárika, Tepehuanos, Cora y Mexicaneros, que con su verde tropical, sus playas y sus montañas, se perfila como uno de los mejores lugares del planeta en esta latitud, alineada con lugares como Hawaii y Tailandia. 


Con una espectacular biodiversidad y un territorio de peñascos y frondosos valles y rutas montañosas similar en extensión a la de Bélgica, el estado de Nayarit ofrece lugares singulares e insólitos que encantarán a aquellos viajeros internacionales amantes de la naturaleza y del turismo de experiencia.


Las Islas Marías:


En primer lugar tenemos el archipiélago de las islas Marías que, luego de su pasado como prisión de máxima seguridad –al más puro estilo Alcatraz en Estados Unidos– es ahora un área protegida declarada como Reserva de la Biosfera. Tres de sus islas se mantienen completamente deshabitadas y custodiadas por la Marina mexicana para asegurar la supervivencia de la  flora y fauna endémica que conforman un frágil ecosistema. Sin embargo, la cuarta isla, llamada María Madre, fue convertida hace poco en un centro turístico al que los visitantes pueden acceder por tierra o por barco, desde Mazatlán (Sinaloa) o del histórico puerto de San Blas (Nayarit). Una vez en la isla, los recorridos están repletos de historias interesantes sobre cómo trabajaban allí los presos, aunque también existe la posibilidad de dar una vuelta libre en bicicleta por el puerto y a campo traviesa, donde será común el avistamiento de aves y fauna endémica como el mapache o el perico de cabeza amarilla, los sinsontes azules, los colibríes de pico ancho y otras aves migratorias que anidan allí.


La Isla de Mexcaltitán:

Llamada también “la Venecia mexi

cana” por el conjunto de canales al interior de la isla, este colorido lugar cuenta con solo 5 calles dispuestas en un esquema radial que se ilumina de luces amarillas por las noches, lo que da su característica vista aérea. De acuerdo a algunos historiadores, este curioso lugar podría ser la mítica Aztlán, lugar de donde partieron las tribus nahuatlacas para fundar Tenochtitlán, ahora Ciudad de México. 

En Mexcaltitán, hay tres muy buenos restaurantes de mariscos y luego de visitar los templos de San Pedro y San Pablo o la Casa China, no hay que perderse la quietud en los imperdibles paseos en lancha por los manglares o simplemente el gusto de recorrer los 400 metros que mide la isla caminando de punta a punta. 


La roca Tatéi Haramara:


El vocablo wixárica Tatéi Amara significa “Nuestra madre, el mar” y es también conocida como Isla del Rey o Roca Blanca. Forma parte de una ruta ceremonial que realiza el pueblo wixarika en la que visitan los cinco rumbos del universo y que abarca más de 9 mil metros cuadrados en diferentes puntos de la República (incluyendo sitios en Durango, Jalisco, San Luis Potosí y Zacatecas). La peregrinación realizada por este pueblo ancestral viene junto con abstinencias alimentarias y el consumo ceremonial de híkuri (peyote) con lo cual se recrean los mitos de origen y se le da continuidad a la comunidad. Para la cultura wixarika la vida viene del mar, llegó a la tierra en forma de serpientes ocultas entre olas. La roca blanca, donde también anidan muchas especies de aves, es para ellas y ellos uno de los lugares sagrados más imponentes del mundo. 


La Sierra del Nayar:


El pueblo Cora, autonombrado como Na´ayarij, habita en su mayoría en la porción noroeste del estado de Nayarit, en la zona de la Sierra del Nayar. La llamada “Judea” es una celebración que se realiza cada año a mediados de abril en los pueblos del Nayar (Rosarito, Jesús María y Santa Teresa) donde se mezclan elementos del catolicismo y  con sus propios principios religiosos indígenas para crear algo nuevo. Se trata de una práctica cultural realizada por los Cora desde hace siglos, relacionada estrechamente con el ciclo agrícola del cultivo del maíz, donde se escenifica la pasión de Cristo y se combina con elementos prehispánicos. Niños, jóvenes, adultos y ancianos que se transforman en diferentes personajes: judíos, fariseos, moros, demonios blancos y negros, borrados o dobles de Cristo. No es tanto una escenificación teatral como tres días en que cada habitante del pueblo toma una identidad prestada y danzan por todo el pueblo durante varios días. 


Para llegar a estos puntos en Nayarit desde España, se puede aterrizar en el aeropuerto de la capital de Nayarit – Tepic, el cuál está siendo ampliado para responder a la demanda turística en la zona; o bien a través del aeropuerto de Puerto Vallarta (Jalisco) a través de la zona de la costa de Nayarit: la Riviera Nayarit.


Acerca de Nayarit:


El estado de Nayarit está ubicado al noroeste de México, entre la costa del Pacífico y la majestuosa Sierra Madre Occidental. La región ha sido un crisol cultural desde tiempos precolombinos.


Durante los siglos XVII y XVIII, Nayarit fue puerta de entrada en América de un intercambio cultural remarcable y cuyas huellas son palpables: Fue en sus costas que los tripulantes de la famosa Nao de China (nombre que recibían los barcos que durante 250 años unían América con Asia) arribaban al histórico puerto de San Blas, Nayarit e intercambiaban telas de seda, especias o madera por granos de cacao, plata, oro y cochinilla para teñir sus ropas de rojo, uno de los grandes lujos de la época. También en el siglo XVIII salen de Nayarit las expediciones de jesuitas y franciscanos para conquistar las Californias.


Adentrándonos en la historia de esta región, encontramos cuatro Pueblos Mágicos llenos de historia, una particular gastronomía e interesantes museos: Compostela, antigua capital del extinto Reino de la Nueva Galicia y una de las primeras ciudades fundadas por los conquistadores españoles; Jala, un pintoresco pueblo colonial a los pies del volcán Ceboruco; Sayulita, una auténtica meca para los amantes del surf y de la vida bohemia con la mejor gastronomía del


mar, y Mexcaltitlán, un fascinante pueblo afincado en una isla y muy especial para la historia de México, ya que se cree que se trata de la antigua Aztlán, el lugar de donde partieron en el Siglo XII los Nahuas para fundar la Gran Tenochtitlán (hoy Ciudad de México).


Hoy en día, en la capital del estado, Tepic, se puede conocer a los artistas que han contribuido a dar luz y forma a Nayarit. Hay museos como el de Emilia Ortiz (destacada pintora surrealista nayarita) o el de Amado Nervo, la casa donde nació este gran poeta mexicano.


Por último, pero no menos importante, está la espectacular región costera llamada Riviera Nayarit: un paraíso a lo largo del Océano Pacífico con un amplio repertorio de eventos culturales a lo largo del año y con el pueblo de San Pancho como epicentro cultural, gracias a la simbiosis existente entre sus pobladores originarios y aquellos venidos más recientemente del mundo entero a hacer de la región su hogar. En la Riviera Nayarit se puede disfrutar de una exquisita gastronomía o bien, viajar por mar para visitar las numerosas islas de Nayarit, como las Marietas, en donde anidan miles de pájaros y especies endémicas, o las islas Marías, reserva natural y antigua prisión recientemente reconvertida en centro cultural y turístico.