Irán: La perla de Oriente Medio (Parte II)
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 La religión oficial del país es la musulmana chiíta


A unos 150 kilómetros al sudeste de Tehran llegamos a la ciudad de Qom y aquí veréis porque se la considera el alma de Irán. Esta ciudad está considerada como santa para los musulmanes chiíes ya que es en donde se encuentra el sepulcro de Fátima Ma’suma, que fue hermana del Imam Reza (fallecido en 816 d.C.) y que fue el octavo Imam de los chiíes duodecimanos.


En este punto y, con el objetivo de ampliar la información, diremos que Qom es un centro del islam chiíta, la segunda mayor rama del islam, que acoge, aproximadamente, al 10-15% de todos los fieles musulmanes. Y se caracteriza porque comparten la creencia de que el profeta Mahoma designó a Ali ibn Ali Talib (que fue su primo, yerno y seguidor) para ser su sucesor e Imam (líder político y espiritual). El islam chiíta tiene, a su vez, dos ramas: la duodecimana (con el 85% de seguidores) y la ismaelita (con el restante 15%). Pues bien, esta rama duodecimana del islam chiíta conforma la religión oficial de la República Islámica del Irán.


Como sabemos (o nos imaginaremos acertadamente), la religión oficial del país es la musulmana chiíta, pero lo que quizás mucha gente no sepa es que la Constitución del país permite la coexistencia de otras religiones. De hecho, esta Constitución en su artículo 13, dice que los iraníes zoroastrianos, judíos y cristianos son las únicas minorías religiosas reconocidas y que, dentro de los límites legales, son libres para llevar a cabo sus ritos y ceremonias religiosas y actuar según su propio criterio en cuanto a sus asuntos personales y educación religiosa.


Y estas minorías tienen, asimismo, su pequeña representación en la Asamblea Consultiva Islámica de Irán que está formada por 270 miembros. Y si volvemos a retomar la Constitución, comprobaremos que, su artículo 64, dispone que en esta Asamblea Consultiva, los zoroastrianos y los judíos tendrán un representante cada uno, los cristianos asirios y caldeos tendrán un representante para ambos y los cristianos armenios del norte y del sur del país, tendrán un representante cada uno.


Digamos, para resumir, que hay tres representantes cristianos, uno zoroastriano y uno judío en la Asamblea Consultiva Islámica de Irán.


Como podrá el lector fácilmente suponer, esta importancia religiosa de la ciudad de Qom hace que en su seno haya multitud de centros de enseñanza religiosa a los que acuden estudiantes de todas partes del país. Hay de hecho más de 50 escuelas y más de 200 centros de investigación y bibliotecas relacionados con el estudio de esta rama chií del islam.


Debido a esto que estamos comentando, hay dos lugares que merece la pena visitar para comprender mejor la esencia y la importancia de esta ciudad y no son otros que el Mausoleo de Fátima Ma’suma y otro lugar que también es origen de peregrinaciones y está en las afueras de la ciudad, a 15 minutos en coche desde el Mausoleo; hablamos de la Mezquita Jamkaran, que en realidad es un complejo, puesto que también aloja una gran biblioteca, salas de oración, minaretes, etc. Podrás aparcar en el extenso parking que hay enfrente del recinto de la mezquita (también tiene otros aparcamientos en la parte trasera) y según entras en el gran patio que da acceso a la misma, la visión de su fachada principal es realmente espectacular.


Si vas un martes verás algo muy especial, ya que es el día en que el Imam escucha las peticiones de los fieles, se congregan miles de personas, familias incluso, vendedores en el gran parking asistiendo de manera festiva y sentida a tal evento. 


Y diréis…¿por qué el martes?, ¿qué tiene este día de especial?. Pues porque es el día en el que se cree que el duodécimo imán, Muhammad Al-Madhi, en el “pozo de los deseos” (que está detrás de la mezquita y se puede visitar), tuvo una revelación milagrosa durante su breve encuentro espiritual con el Creador. Y es los martes cuando, de manera solidaria, la cocina de la mezquita proporciona de manera gratuita una cena a los miles de personas sin recursos económicos que allí se acercan a recibir alimento para el espíritu…y para el cuerpo.


Y una vez visitada Qom, nuestra siguiente parada será la ciudad de Kashan (cuyo nombre proviene de la palabra persa kashi, azulejo), que está a casi 100 kilómetros al sur de la Mezquita Jamkaran que acabamos de visitar. Eso supone una hora de desplazamiento en coche.


Kashan es una ciudad-oasis con más de 7.000 años de historia y es famosa por su sistema de distribución de agua llamado qanat, el cual forma parte de los Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial). De hecho, los qanats iranís están en la lista de lugares Patrimonio de la UNESCO desde 2016. 


Un qanat consiste en una galería construida bajo tierra con motivo de conducir el agua que se produce en un pozo principal a lo largo de una cierta distancia y así utilizar dicha agua para usos agrícolas y de otro tipo. Pueden tener una profundidad de hasta 100 metros y cada 30 metros, aproximadamente, se excavaban pozos verticales para poder acceder a la galería para realizar labores de mantenimiento y permitir la ventilación. Existen qanats con una antigüedad de 3.000 años y pueden llegar a recorrer una distancia de 100 kilómetros.


Dicho esto, ¿qué podríamos visitar que tenga relevancia en esta ciudad de Kashan?. Pues como suele pasar en las ciudades iraníes…opciones no nos van a faltar. Y podríamos empezar visitando, en el centro histórico, la famosa Casa Tabatabaei, construida en 1834 por un comerciante de alfombras adinerado y que, con 40 habitaciones y 4 sótanos, merece la pena visitar. Está en un área de 5.000 metros cuadrados y posee cuatro patios. Además, si realizas la visita antes del mediodía verás los colores que el sol adopta al atravesar las vidrieras coloreadas de sus ventanas y que le dan un ambiente muy especial y bonito a la estancia.


Kashan. Casa Tabatabaei (Cortesía de la Embajada de la República Islámica de Irán)

Y como en algún momento deberás reponer fuerzas, a donde vayas a comer, puedes preguntar por el Kashkan Bademjan, que es un caviar de berenjena, queso y nueces; la sopa Ash, que está hecha a base de garbanzos y carne de pollo; el Sabzi Ghormeh, que es un guiso de hierbas o el Tachchin, que es un pastel de arroz horneado. La gastronomía de Irán es una maravilla y estos platos te van a encantar.


También podremos visitar la Casa Abbasian, que es actualmente una casa-museo. Es un complejo de seis grandes edificios que están comunicados por patios y que fue construido sobre un área de 7.000 metros cuadrados a finales del siglo XVIII por un rico comerciante de vidrios.


Y hay otra casa muy conocida, la llamada Boroujerdi, que es otra casa-museo, esta vez construida en 1857, para la novia de un mercader llamado Boroujerdi. Precisamente, el arquitecto que construyó esta casa, Ustad Ali Maryam, también había construido la casa Tabatabaei unos años antes.


Los techos son espectaculares y los trabajos de estucado en interiores y exteriores, en algunos casos, os dejarán sin aliento. Si dijésemos que son magníficos...nos quedaríamos cortos. Además de tener el correspondiente patio con una piscina con fuente, lo interesante de esta casa es que nos adentra en el concepto de sostenibilidad, es decir, tiene tres torres de captación del viento (o badgir) de 40 metros de altura, por las que entraba el aire y pasando por un canal de agua refrigeraba las habitaciones por las que pasaba. Eso es un concepto magistral de la sostenibilidad que se desarrolló en Irán desde hace casi dos siglos.


Visitadas las casas, podríamos dirigir nuestros pasos hacia el mausoleo Mohamed Helal que, en un complejo de 5.000 metros cuadrados de superficie, reúne al mausoleo propiamente dicho, a una mezquita, un cementerio y un memorial de los mártires. El acceso al mausoleo se hace a través de diferentes puertas, según la persona visitante sea hombre o mujer.


También está la Mezquita Agha Bozorg, construida a finales del siglo VXIII en honor al Mulla Muhammad Madhi Naraqi, que fue un filósofo y teólogo chií. A tener en cuenta sus azulejos azules y turquesas componiendo un conjunto de indudable interés estético; así como su patio central con piscina y el gran Salón que hay bajo la cúpula y su correspondiente torre receptora del viento que dulcifica las cálidas temperaturas de la zona.


A 10 minutos en coche de Kashan nos encontraremos con los Jardines de Fin (Bagh-e Fin), que, con una superficie de 23.000 kilómetros cuadrados, son Patrimonio UNESCO (2011). Son un remanso de paz y un alivio para el espíritu, entre fuentes y árboles y plantas de todo tipo, que merece la pena visitar.


Antes de continuar viaje a nuestra próxima ciudad de destino, si volvemos un poco sobre nuestra ruta, a 8 kilómetros al norte de Kashan está la ciudad subterránea de Nooshabad y el Castillo de Barro Nooshabad. Su origen se remonta a hace 1.500 años y está construida en 3 niveles. El motivo de construir una ciudad en el subsuelo no sólo fue para protegerse de los enemigos y malhechores que, en aquellos tiempos, había en la región, sino para evitar las elevadas temperaturas diurnas y las no pequeñas caídas de temperaturas por las noches en las que llega a hacer realmente mucho frío. Además, el nombre de la ciudad significa “la ciudad del agua fría” y es debida a que cuando uno de los reyes sasánidas se paró a beber agua de un pozo, la encontró tan rica, transparente y fría que ordenó hacer una ciudad en torno a dicho sitio. Y luego, las realidades que antes hemos comentado hicieron que dicha ciudad se construyese de manera subterránea y en una extensión de unos 4 kilómetros cuadrados. Lógicamente, las entradas a la ciudad subterránea estaban en las casas que había en la superficie y gracias a ello, en caso de peligro, los habitantes, rápidamente se podían ocultar y proteger.


Y ahora sí, seguimos viaje hasta la ciudad de Isfahán, ciudad que tenemos a unos 208 kilómetros, pero antes haremos una parada en Abyaneh, que es un pueblo precioso a 70 kilómetros de Kashan y que está a los pies del monte Karkass y ha sido incluido en la lista de Patrimonio UNESCO (1973).


Abyaneh se dice que tiene unos 2.500 años de antigüedad y es típico por sus construcciones en arcilla roja y unas calles llenas de encanto y naturaleza por las que merece la pena pasear. Pero además posee el templo del fuego de Harpak (lugar de culto) zoroastriano, tres castillos y de las ocho mezquitas que hay en el pueblo, tres merecen una especial atención y visita (la mezquita Haajatgaah, la mezquita Porzaleh, y la mezquita Jam'e), así como un centro de peregrinos.



Una cosa muy interesante que debes conocer cuando visites este precioso pueblo es que su folklore, sus vestidos de múltiples y vivos e intensos colores y los tejidos utilizados son diferentes a los que hay en otras regiones del país, más oscuros. Esto ha logrado que el folklore y tradiciones de este pueblo hayan conseguido entrar en 2013 en la lista del Patrimonio inmaterial de la Humanidad.


Una vez realizada esta agradable visita a Abyaneh nuestro siguiente destino, a 175 kilómetros viajando hacia el sur, será el llamado “corazón” de Irán, la ciudad de la cultura y de la música, Isfahán; que además fue una de las ciudades más importantes en la famosa Ruta de la Seda.


Autor: Fernando Novo Lens