Coplas, coplillas y fiestas de Madrid antiguo
Viajes - Visitas a Lugares


Como ciudad cosmopolita, abierta al mundo, Madrid reúne en sus calles y locales todos los estilos musicales. Pero, retrocedamos en tiempo para conocer sus gustos musicales y sus fiestas.

       De los santos de enero:

       San Sebastián es el primero

            detente varón

        que primero es San Antón.


San Antón se celebra el 17 de enero, siendo el patrono de los animales domésticos.


Madrileños de toda condición llevaban animales y muestras de sus cosechas a las Escuelas Pías de San Antón, en la calle de Hortaleza. Hoy sigue esta tradición, pero sólo con animales.


                  Tres jueves hay en el año,

                   que relucen más que el sol,

                   Jueves Santo, Corpus Christi

                   y el día de la Ascensión.


Hoy, y no relucen pues, Corpus Christi es un día laboral de trabajo. En Madrid era una gran fiesta la del Corpus y se remonta a 1482 cuando Isabel (La Católica) participó en la procesión del Santísimo Sacramento. Sin embargo, antaño lo realmente popular del Corpus eran los sucesos de las vísperas, cuando salía el mojigón vestido de botargas que golpeaba a las chicas con un palo, mientras el sacristán señalaba los lugares donde se situarían los altares del día siguiente. Las gigantillas y gigantillos bailaban y daban manotazos a diestros y siniestro. El tercer componente era la Tarasca madrileña.


             Si vas a los Madriles

                 día del Señor

              tráeme de la Tarasca

                la moda mejor.

             Y no te embobes

             que han de darte en la cara

               los mojigones.


La tarasca que toma forma de animal fantástico entre sierpe y dragón. Desfilaba sobre unas ruedas empujadas por hombres que accionaban artilugios con muelles como si el dragón resoplara. Por encima del dragón se colocaba la representación de una figura femenina, con brazos articulados, vestida y peinada a la moda. La tarasca madrileña, a diferencia de otras, simbolizaba el bien y el mal, sin triunfo aparente del bien. Alrededor de la tarasca desfilaban músicos, monos, saltimbanquis. Todo terminaba con bailes delante del Santísimo, risas y chacotadas. La fiesta se suprimió por real orden en 1780. Existe una tarasca en la Catedral de Toledo, que sale en el Corpus.


En el mes de septiembre se celebraba una feria de ganado en Madrid, por la calle de Alcalá, la cual era cañada real o camino de cordel, por donde pasaban los rebaños de ovejas merinas que desde Soria se dirigían o regresaban en su viaje anual a Extremadura.


                      Ya se van los pastores

                          a la Extremadura

                       Ya se queda la sierra

                             Triste y oscura


Luego esta feria de ganado pasó a la Cuesta de Mohíno y Paseo de Atocha.


Nos vamos de fiesta, a la romería de San Eugenio, se celebraba en El Pardo, aunque los Montes del Pardo estaban cerrados al público por ser sitio real, el día de San Eugenio (15 de noviembre), por un antiquísimo privilegio, se abrían las cancelas de la Puerta del Hierro que fue construida en 1750. La fiesta de San Eugenio aparece plasmada en coplas y cuplés, quien no conoce:


                        Un día de San Eugenio

                         yendo hacia el Pardo

                                  lo conocí

                         era el torero de más tronío

                         y el más castizo de tó Madrid


Quien cantaba este magistral cuplé, era Sara Montiel en el Relicario.

Ya que conocemos esta famosa romería de los Montes de El pardo,  el por qué se llamaba Montes de EL PARDO ¿de dónde le viene este nombre?

  El rey Alfonso XI, en una de sus cacerías mató en estos montes de Madrid, un gran oso pardo, y para diferenciar estos montes de los otros, se le llamó así. La cacería del famoso pardo consta en la crónica de Alfonso XI.

Había un personaje nacido en Lavapiés (avapies se llamaba antes) pero fue en Santander donde va a iniciar su perdición, es hacia 1830 y la causa fue por una mujer:


                        Una mujer fue la causa

                        De mi perdición primera.


En Santander se enamora de una dama de la alta sociedad, casada, con la que tiene relaciones. Un día ella rompe con él enviándole una carta a través de una criada y éste le pide una explicación, la espera a la salida de misa de doce en la catedral. Discuten, ella le insulta y él furioso la abofetea en presencia del público.

Este huye, y sabiendo que sería encarcelado por el escándalo, y acosado por el marido ofendido, abandona Santander, embarcándose en un carguero que se dirige a Portugal.


Fue un personaje muy romántico y novelesco, tenía admiración popular y secretamente deseado por todas las mujeres. Este personaje que luego sería un famoso bandolero, es Luis Candelas.


Han existido otros bandoleros de guante blanco como: El Duque de Lerma. Quien para controlar los pasos del Rey Felipe III, consiguió introducir a Rodrigo Calderón en el puesto de ayudante de cámara del rey. Poco después se casó Rodrigo Calderón con una dama algo mayor que él, llamada Inés de Vargas, que según se comentaba en la Corte, era la querida del Duque de Lerma, así podía estar más cerca de su amante al vivir ella en la propia Corte.


Estos caballeros, se entiende por el Duque de Lerma y Rodrigo Calderón, hicieron muchas cosas buenas, para ellos, que les llevaron a ser imputados en los siguientes cargos que se han de hacer a don Rodrigo Calderón, Marqués de Sieteiglesas, y a su protector y amante de su mujer el duque de Lerma. De haber hecho matar a la reina doña Margarita, por medio de una ponzoña, De haber tomado dinero de la ciudad de Valladolid, para llevar allí a la Corte. De haber organizado por cuenta del Duque una escuadra de barcos corsarios para asaltar los barcos que se quedaban rezagados de la flota de las Indias etc. etc.


En Madrid se cantaban unas coplas:


                   Para no morir ahorcado

                  el mayor ladrón de España

                      se vistió de colorado


Qué significaba vestirse de colorado: hacerse cardenal y así fue como el Duque de Lerma se escapó de la justicia, ya que consiguió que el Papa Pablo V, le otorgara el capelo cardenalicio, entre otras cosas, porque ayudó mucho a la iglesia, además era nieto de San Francisco de Borja.

A lo que se contestaba con otra letrilla:


                   Pero queda otro ladrón

                   el orgulloso y cornudo

                   don Rodrigo Calderón


Rodrigo Calderón llegó al cadalso que estaba instalado en la Plaza Mayor, pero murió con orgullo, una frase se repite desde entonces que todos los madrileños habían dicho alguna vez, o al menos la habrán escuchado, cuando se refiere a alguna persona a quien se considera muy orgullosa. 


“Tiene más orgullo que don Rodrigo en la horca”


Coplas y coplillas han dejado paso hoy en día a la zarzuela, los conciertos, festivales de música y musicales.


Antonio Matas Vara

Historiador - Licenciado en Arte