Chillida Leku, un destino perfecto para este verano PDF Imprimir E-mail
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Cerca de cuarenta esculturas al aire libre y la exposición Eduardo Chillida.


La programación de  agosto incluye sesiones de yoga, visitas nocturnas con cena, actividades familiares y conciertos

Cerca de cuarenta esculturas al aire libre y la exposición Eduardo Chillida. Ecos, en el interior del caserío, conforman la propuesta artística

El museo, ubicado a las afueras de San Sebastián, ha recibido desde abril a más de 25.000 visitantes


 Chillida Leku, el museo al aire libre fundado en vida por escultor donostiarra Eduardo Chillida, afronta ya el primer verano desde su reapertura tras recibir a más de 25.000 personas. Desde el pasado mes de abril, público de todas las edades puede disfrutar de un espacio único constituido por once hectáreas de campa y bosque donde el paisaje más representativo del País Vasco se alterna con esculturas del artista. El epicentro del museo se encuentra en el caserío Zabalaga, construido en el siglo XVI y restaurado en un proceso de casi veinte años por el propio Eduardo Chillida.


Con la intención de convertir al museo en un agente activo del eje cultural del norte, Chillida Leku estrena este verano una programación cultural y educativa destinada a todo tipo de públicos. De esta forma, durante los meses de julio, agosto y septiembre, disciplinas como la danza, la música o el yoga se darán cita en los espacios del museo, donde además se podrá disfrutar de talleres infantiles y visitas nocturnas. Estas actividades favorecen un acercamiento diferente al pensamiento y obra del escultor y fomentan el diálogo entre disciplinas artísticas, objetivo que siempre estuvo presente en su trayectoria.


Gracias a esta programación el espacio ideado por Eduardo Chillida vuelve a ser lugar de encuentro y disfrute para su entorno y visitantes, cumpliendo así el sueño del artista: que Chillida Leku fuera el lugar donde conocer y experimentar su arte en estrecho vínculo con la naturaleza.


Las entradas para poder acceder a esta programación, así  como la entrada general del museo ya se encuentran a la venta a través de la web del museo.


Cena de verano en la cafetería restaurante Lurra, liderada por el chef Fede Pachá

©Zabalaga Leku. San Sebastián, VEGAP, 2019. Sucesión de Eduardo Chillida y Hauser & Wirth. Foto: Mikel Chillida


Lurra, un proyecto de restauración sostenible y de calidad


En esta nueva etapa, Chillida Leku estrena Lurra, su cafetería restaurante. Liderada por el chef local Fede Pachá, Lurra ofrece a los visitantes de Chillida Leku una carta basada en el comercio de proximidad con productos de temporada procedentes de la agricultura sostenible. El nombre de esta cafetería, "Lurra" ("tierra", en euskera), alude a un profundo vínculo con el territorio, un principio que caracteriza tanto a Chillida Leku como a este proyecto de alimentación sostenible y de proximidad. Por otro lado, el trabajo con la tierra es una de las áreas más representativas de la obra de Eduardo Chillida.


Sobre Chillida Leku


Chillida Leku se ubica a las afueras de Hernani, muy cerca de San Sebastián (País Vasco), y está compuesto por un paraje de esculturas al aire libre y un espacio de exposiciones en el interior del caserío de Zabalaga; una construcción tradicional vasca construida en el siglo XVI.


La elección por parte de Chillida de esta ubicación para el museo refleja la conexión que mantuvo durante toda su vida con la comunidad local, el paisaje y la arquitectura del País Vasco. El edificio histórico está rodeado por 11 hectáreas (110.000 metros cuadrados) de terreno a lo largo de las cuales pueden admirarse cerca de 40 esculturas originales del artista entre las que destacan Buscando la luz I (1997) o Lotura XXXII (1998) realizadas con acero corten, un material con fuertes resonancias del pasado industrial de la región.  


Eduardo Chillida, Ecos


Además, durante los primeros meses de su reapertura, el caserío Zabalaga albergará Eduardo Chillida, Ecos, una muestra monográfica dedicada al escultor vasco. La exposición traza un completo recorrido que abarca desde finales de la década de los 40 —unos años marcados por la figuración—, hasta el año 2000, pasando por el descubrimiento del hierro como objeto de su trabajo y el desarrollo de su personalísimo lenguaje.


La exposición, que incluye importante material de archivo, está concebida en orden cronológico, de forma que la visita supone un viaje a la vida y trayectoria de Eduardo Chillida. El recorrido se desarrolla a lo largo de distintas etapas, definidas en gran medida por los materiales y las técnicas utilizados en cada una de ellas, tal y como reflejan los títulos de las distintas partes de la exposición: '1948-1951 París, primeras esculturas en yeso'; 'Retorno al País Vasco: primeras esculturas en hierro'; 'Ilarik y los Yunques de sueños; Esculturas de alabastro, luz y arquitectura'; 'Lurrak y Óxidos'; 'Proyectos públicos y Obra en papel: dibujos, collages, grabados y Gravitaciones'.